domingo, 29 de mayo de 2016

Conclusiones

Con esta Batalla se puso término al colonialismo español en los territorios de la Presidencia de Quito. Este triunfo permitió a futuro prestar un gran contingente en las campañas de Perú y del Alto Perú (Bolivia). A pesar de la victoria la amenaza realista aún no había sido del todo desechada puesto que a pesar de la capitulación firmada por el Mariscal Aymerich, existió  una predisposición por parte el Crnl. Basilio García para continuar con la lucha desde Pasto.
Por fin llegó a Guayaquil el Libertador Simón Bolívar quien se encargo de anexar a la Gran Colombia al puerto el 31 de Julio de 1.822. Finalmente la batalla dejo en claro el genio militar, la previsión estratégica y la gran capacidad de conducción de las tropas por parte del Gral. Antonio José de Sucre, quien en la batalla de Ayacucho sería confirmado como Gran Mariscal de Campo y en la que además se lograría la liberación del Perú y el retiro definitivo del dominio colonial español en nuestra América del Sur.

En el parte militar no están especificadas las condiciones climáticas pero suponemos que el día fue radiante debido al cambio de estación invernal a la veraniega, que por estas fechas suele darse en la Sierra del Ecuador, teniendo días soleados, radiantes y despejados, como testigos fieles de la liberación de nuestro país.

El sacrificio de Abdón Calderón

La Batalla de Pichincha fue el escenario del sacrificio por la patria de uno de los más destacados héroes ecuatorianos, el cuencano de 18 años Abdón Calderón. Calderón, quien fue hijo del coronel cubano Francisco Calderón, defensor del Estado de Quito de 1812, vivía en Guayaquil y se enlistó en las tropas de origen ecuatoriano que combatieron en la Batalla.
Calderón, a pesar de haber recibido 4 heridas de bala, prefirió permanecer inamovible en la línea de fuego, alentando a todo su batallón y levantando incansablemente la que es ahora la bandera celeste y blanco de la ciudad de Guayaquil. Al terminar el feroz combate fue trasladado a la ciudad de Quito, donde murió al cabo de catorce días. 
El 7 de junio de 1822. Antonio José de Sucre en su escueto parte de la Batalla de Pichincha, fechado el 28 de mayo del aquel año dice: " [...] hago una particular memoria de la conducta del Teniente Calderón, que habiendo recibido sucesivamente cuatro heridas, no quiso retirarse del combate. Probablemente morirá, pero el Gobierno de la República sabrá compensar a la familia los servicios de este oficial heroico".

Planificación

De vuelta en Guayaquil, el General Sucre concluyó que la mejor estrategia para la próxima campaña sería evitar cualquier intento de avanzar directamente hacia Quito vía Guaranda, en favor de un avance indirecto, marchando primero hasta Cuenca antes de redirigirse hacia el Norte, a través de los Andes, en dirección a Quito. Este plan ofrecía numerosas ventajas: al recapturar Cuenca se podría impedir las comunicaciones entre Quito yLima, y le permitiría a Sucre esperar por los refuerzos que entonces San Martín le había prometido enviar desde el Perú. Además, un progresivo avance desde la costa y ascensión a través de las montañas le permitiría a su ejército una gradual adaptación a los efectos fisiológicos del cambio altitud. Pero fundamentalmente, era la única forma de evitar un combate directo en condiciones desfavorables con las fuerzas Realistas que venían de Quito.

HISTORIA




 Tras el triunfo alcanzado en el combate de Tapi o Riobamba el 21 de Abril de 1.822 las fuerzas patriótas presentaron una serie de inconvenientes ocasionados por el último combate que de alguna manera representaban una amenaza para la consecución de la meta libertaria: ocupar Quito y expulsar a las fuerzas realistas.
El debilitamiento de los efectivos militares del ejército era uno de esos inconvenientes, porque en Cañar se habían quedado 60 enfermos, en Riobamba otros 100 que una vez llegados a Latacunga sumarían a otros 200 hombres más, además, el retraso en cuanto a al incorporación del batallón “Alto Magdalena”, la falta de pertrechos, uniformes y demás equipo militar para el batallón “Yaguachi”,la incipiente organización del “Batallón del Sur” y el más importante de los motivos, el posible auxilio militar realista a Aymerich enviado desde Pasto.

El 30 de abril el ejército libertario entra en la ciudad de Ambato y continúa su avance hasta llegar a Latacunga el 2 de Mayo de 1.822, claro esta que la vanguardia colombiana, al mando del Crnl. Lugo, mantuvo choques victoriosos contra algunos lanceros realistas comandados por el español Benito Bobes, mientras esto ocurría; en el Nudo de Tiocajas, el resto del ejército realista se mantenía a la defensiva y en espera de una contienda con las fuerzas libertadoras. 
En Latacunga la población ayudó al Gral. Sucre a reorganizar y reaprovisionar al Ejército Libertador, dotándolo de hombres, armas, vituallas, acémilas y una gran cantidad de municiones y pólvora provenientes de la fábrica ubicada en esta ciudad. Al incorporarse el batallón “Alto Magdalena” con solo 160 soldados recibió una vez más el contingente latacungueño quedando listos para entrar en combate. Sucre y su Estado Mayor inician el análisis y la deliberación del caso para determinar cómo y cuándo entrar en combate, reciben informes del Tcrnl. Cestáris y de otros altos mandos.http://independencia.ec/es/batallas/batalla-de-pichincha

viernes, 27 de mayo de 2016

El Combate

La noche del 23 de mayo inician movimientos las vanguardias libertarias, la una al mando del Crnl. Córdova compuesta por dos cía. del batallón “Magdalena” y del “Trujillo” y la otra al mando del Crnl. Santa Cruz toman la vía Chillogallo-Pucará-Guairapungo-Unguí-Chilibulo-Lomas de la Chilena y San Juan, a eso de las ocho de la mañana del 24 de Mayo de 1.822 llegan a las alturas del Pichincha. 
Sucre al ver esta acción decide atacar con toda su fuerza disponible, directo, al centro de las huestes españolas rompiendo sus líneas y así alcanzando la victoria tan anhelada.
El triunfo Patriota obliga a los realistas a replegarse hacia el fortín del Panecillo, al ver esto el Gral. Sucre ordena al Crnl. Ibarra perseguir con su caballería al enemigo e impedirles su retirada hacia Pasto, Ibarra los sigue hasta Guayllabamba en donde toma varios prisioneros y termina por desbandar a la infantería realista.

El resultado final de esta victoria dejo alrededor de 2.000 bajas entre prisioneros, heridos y muertos en ambos bandos, pero es pertinente destacar, tal y como lo hizo el Gral. Sucre, a un personaje que pasó a la historia como héroe nacional: el Tnte. Abdón Calderón de quien el Jefe Supremo del Ejército Libertador, Gral. Antonio José de Sucre escribió: “habiendo recibido consecutivamente cuatro heridas jamás deseo retirarse del combate. Probablemente morirá; pero el Gobierno de la República sabrá compensar a su familia los servicios de este oficial heroico”. De ahí que el Libertador Bolívar ordenó que al ser pronunciado su nombre al “correr lista” en su regimiento sus compañeros repetirían lo siguiente: “Murió gloriosamente en Pichincha, pero vive en nuestro corazones”. Con este triunfo el Gral. Manuel Antonio López Borrero izó por primera vez en la recoleta de La Merced el tricolor colombiano el mismo 24 de Mayo de 1.822.